Uno de los factores verdaderamente importantes para que un candidato acepte una propuesta de trabajo es sin duda la oferta económica. Aunque esto es uno de los puntos principales que influye en la decisión de las personas, cada vez está tomando más fuerza otras alternativas para el “si” definitivo.
Sin duda alguna la población laboralmente activa ven que los factores emocionales que condicionan el trabajo son cada vez más decisivos, donde la sensación de “vivir para trabajar” resulta predominante.
De todo este concepto nace el salario emocional que se trata de cubrir las necesitades NO económicas de los empleados para que les hagan sentirse cómodos dentro de la empresa.
Es importante tener un ambiente positivo en el lugar trabajo, de esta manera se crea una atmósfera de entusiasmo y motivación para los empleados, quienes pueden mejorar el rendimiento de una organización.
Recuerda, que para aumentar el rendimiento en la compañía se debe de mantener el equilibrio entre el salario económico y emocional.
El objetivo principal del salario emocional es afianzar el bienestar y motivación de los trabajadores hacia la empresa. Alguna de las maneras sería:
Es muy importante aclarar que un salario emocional alto nunca puede compensar un salario económico bajo.
Cuando se aplica correctamente el salario emocional los beneficios pueden llegar a ser varios, debido a que un empleado feliz se siente más motivado y trabaja mejor.
De acuerdo con varios estudios señalan que el salario emocional es percibido de diferente manera según el rango de edad, las personas mayores prefieren los beneficios relacionados con la salud y pensiones, mientras que los jóvenes se inclinan más por la flexibilidad de horario, home office o crecimiento laboral.
Una de las ventajas más exponenciales en la organización es sin duda el aumento de la productividad ya que un empleado feliz se mantiene motivado.
Es increíble que la felicidad y el compromiso de los trabajadores ayudan a reducir el absentismo laboral ya que aportan lo mejor de sí mismo día a día y encuentran la ilusión en aquello que desempeñan.
La disminución de la rotación de personal es otra ventaja que tiene mucho peso porque ayuda a la retención del talento. Si somos capaces de ofrecer un salario emocional atractivo bajaran de manera significativa los costes de contratación y formación, principalmente si se trata de los millennials ya que no conciben quedarse en una empresa más de 2 años.
En definitiva, para que una persona valore un empleo, no solo hay que tener en cuenta una adecuada remuneración económica, sino que también es importante valorar este tipo de incentivos.
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