“¡Odio trabajar!”, exclama Karina, una millennial de 27 años que acaba de conseguir empleo y asiste a su primer día de labores. Después de emprender sin éxito en diferentes negocios, la chica se dio por vencida y aceptó una oferta de trabajo con horario en una oficina.
Aunque para integrantes de generaciones pasadas el obtener trabajo es una ganancia, para un millennial es difícil adaptarse a ser el típico empleado de oficina, popularmente conocido como “Godínez”.
Los “Godínez” son los oficinistas que por lo general trabajan de 9:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, reciben un salario quincenalmente y realizan labores repetitivas y poco creativas. Llevan lonche al trabajo en sus toppers, hacen fila para recalentar la comida en el microondas y tienen un jefe que los supervisa de cerca y los controla.
Para los millennials, personas nacidas entre 1980 y 1994, es un conflicto ser oficinista con horario establecido. De hecho, esta generación que hoy es la de mayor participación en el ambiente laboral, no se siente atraída por contar con un sueldo solamente. Necesita retos y realizar actividades interesantes. Su aparición en la escena empresarial pone en evidencia que el sistema de trabajo tradicional requiere evolucionar.
En pocas palabras, los millennials odian la vida corporativa gris y rutinaria, al estilo “Godínez”.
Karina, la joven millennial que aparece en esta historia, sabe que el modelo de trabajo convencional no la hará feliz. Sin embargo, tiene la esperanza de influir en su ambiente para poder cambiar un poco las cosas.
Como buena millennial, no quiere solo un trabajo, quiere una vida. Y aunque la lista de beneficios sea larga, como seguros de gastos médicos, estabilidad económica, vales de despensa, no es suficiente paga a cambio de estar cubriendo un horario y depender de otra persona.
No es que la generación Y no quiera trabajar, sino que quieren ser relevantes, trabajar en el cambio del sistema corporativo. Sueñan con vivir experiencias y tener libertad de movimiento.
Están viviendo la cultura del emprendimiento. ¿Desean ser importantes en el mundo empresarial? Crean su propia empresa. ¿Les interesan horarios flexibles y libertad creativa? Trabajan en una start-up.
La premisa parece simple de comprender: Los millennials crecieron viendo a sus padres sacrificar su vida personal por la laboral y no están dispuestos a vivir igual. No solamente desean ser elementos activos de la transformación, sino que quieren disfrutar la vida en el camino.
Posiblemente no tengan un sueldo asegurado, pero buscan una vida más feliz, en la que los aciertos y errores sean suyos y de nadie más.
El hilo conductor es que la gran mayoría rechaza la vida Godínez y espera una mágica señal para dejar el trabajo y emprender un nuevo camino profesional. Sin embargo, la noticia es que eso no pasará así como así. Han de animarse a perseguir sus sueños ahora, cuando no tienen una familia que mantener o una hipoteca que pagar.
Claro que también hay millennials que son felices en la oficina, pues desean escalar dentro de un organigrama empresarial. La verdad es que todos queremos ser parte de algo.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, este año los millennials ocuparán 50 por ciento de la fuerza laboral.
La primera generación digital e hiperconectada formada por Godínez Millennials se caracteriza por ser autosuficiente, autodidacta y creativa. Más de 33 por ciento aprende vía tutoriales en internet; aproximadamente 20 por ciento lee en tablets y dispositivos electrónicos, y 32 por ciento realiza sus tareas y labores en línea.
Aunque odian la rutina, como Karina (nuestra chica del inicio), son comprometidos, con un alto sentido de la responsabilidad respecto a la sociedad y al planeta. Son exigentes, piensan que todo está interconectado. Internet es su medio de comunicación principal y el móvil una herramienta indispensable.
La tecnología es parte esencial de su vida y a muchos de ellos les gustaría trabajar dedicados a esta, según indica el informe Job Today.
La llegada de estos profesionales Godínez Millennials es una buena noticia para el actual contexto laboral, donde es notoria la falta de especialistas en tecnologías de la información y comunicación.
Son pragmáticos, realistas y poco dados a la inestabilidad laboral. De igual forma es evidente su preferencia por trabajar en Pymes para adquirir experiencia y luego pasar a grandes empresas, indica el 2017 Graduate Employment Study.
Solo 18 por ciento de los recién graduados buscaría para su primer empleo estar en una empresa grande. Sin embargo, conforme aumenta su experiencia, aumentan sus expectativas laborales.
Antes que buscar un salario, los Godínez Millennials desean compartir los valores de la compañía donde trabajan y sentir que su participación contribuye a mejorar la sociedad.
De acuerdo al estudio de Job Today, 60 por ciento de estos jóvenes quieren un empleo que tenga un impacto en el mundo. Esto, aunado a que están dispuestos a vivir en cualquier sitio porque no ven fronteras.
Les interesa mantenerse en formación profesional, trabajando en un entorno creativo y flexible. Valoran por ello los horarios que no son rígidos y trabajar a distancia. Huyen de los jefes autoritarios y prefieren mentores capaces de gestionar equipos colaborativos y creativos. Requieren ser escuchados y recibir retroalimentación constante.
Como es posible ver, los Godínez Millennials podrían generar con su presencia y participación en el mundo de las empresas, el fin del “godinato” tal y como lo conocemos hasta ahora.
*Este artículo fue creado el 10 de marzo de 2020 y optimizado el 9 de diciembre de 2021.